Confieso que durante muchos años el simple hecho de pensar en que “me tocaba” ir al Centro para hacer alguna diligencia o ir al Teatro Manuel Bonilla, me daba un poco de ansiedad.
El sentimiento de inseguridad, el tráfico, la falta de estacionamiento…estas inquietudes no me animaban mucho. Admito que tampoco me atrevía a ir sola.
Pero algo en El Centro ha cambiado.
Desde que remodelaron el Paseo Liquidámbar, nació en mí la curiosidad por visitar nuevamente El Centro Histórico de la ciudad. Así que logré convencer a unos amigos y un sábado decidimos explorar El Centro.
Caminamos por el Parque Central, fuimos a la Catedral, recorrimos el Paseo Liquidámbar, hasta llegar al Museo Para la Identidad Nacional. Entramos.
Y desde ese día he regresado al Centro de la ciudad al menos una vez por semana. No solamente los fines de semana, pero durante la semana suelo ir a inauguraciones de las exposiciones, a encontrarme con amigos y tomarme un café afuera del museo. Sabían ustedes que el MIN tiene más de 250 actividades programadas para el 2016? ¿Y que se ha posicionado como uno de los diez mejores museos de Centroamérica según Trip Advisor?
¿Ya conocen el Museo del Hombre Hondureño, el Colectivo Mujeres en las Artes? Hay tanto por explorar en el centro, que ahora llevo mi propio carro y voy sola (me he hecho amiga de los muchachos que cuidan los carros en frente al Manuel Bonilla). He descubierto varios estacionamientos y me siento segura al caminar por sus calles. Descubrí hace poco “Tito Aguacate” y para mi sorpresa es uno de los lugares más acogedores y divertidos que he conocido. Ahí todos son amigos y los temas de plática son infinitos. Mi próxima expedición gastronómica será el “Duncan Mayan.”
El Centro de la ciudad es parte de mí: me gusta pasear por sus calles, ver y sentir el ajetreo de la gente, imaginar sus historias de vida, pero sobre todo, meditar en cómo puedo hacer que otros regresen al Centro. Sé que me falta mucho por explorar y descubrir. Que dice usted, ¿quiere regresar al Centro conmigo?
Muy buen post.