Desde la década de los 30 Tegucigalpa fue sitio donde varias salas de cine abrieron sus puertas al público, uno de ellos el Cine Clamer fue uno de los preferidos por la mayoría.
Ya en los años 40 el precio de la entrada era de diez centavos por persona con el derecho de ver una función en la luneta de las instalaciones, el Cine Clamer propiedad de la empresa Clamer, Estévez y Lázaruz sufrió una enorme restauración en los años 50 donde se incluyó el sector de Palco en la parte superior, se integró el cinemascope y el sonido dolby.
Por dos décadas más el Clamer siguió prestando sus servicios pero ya en los años 70 el cine entró en decadencia hasta que finalmente cerró sus puertas, desde esa fecha han habido algunas iniciativas para restaurarlo y la última es la que se lleva a cabo en este año 2015 para recuperar El Viejo Cine Clamer tal como nos la cuenta Segisfredo Infante en su columna de La Tribuna
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