En toda la historia de Honduras el fomento a la cultura física y deportiva nunca tuvo mayor impulso que en el período presidencial de Tiburcio Carías Andino, complejos deportivos dedicadas a la gimnasia olímpica, levantamiento de pesas y otras disciplinas, canchas deportivas y el Estadio Nacional son recuerdo de una época donde el béisbol compartía el sitial de honor en las pasiones de los hondureños.
Previo a la construcción del estadio la población capitalina jugaba beisbol y futbol de forma equilibrada, lo que “obligó” a los diseñadores a construir instalaciones que sirvieran para ambos deportes, fue así que la obra se concluyó y llegó el día de la inauguración el 15 de marzo de 1948.
El juego inaugural fue de béisbol
Un evento memorable para la historia deportiva del país tuvo una inauguración de lujo que incluyó desfiles de palillonas y acrobacias de los aviones de la Fuerza Aérea Hondureña, luego de dar las instalaciones por inauguradas se celebró el primer encuentro y fue entre la selección de béisbol de Cuba, país que en 1939 se había convertido en campeón del mundo, y la selección de Honduras, nuestro país fue representado por “Glorias” de ese deporte de la talla de Humberto “Chiquirín” García y Zacarías Arzú.
El juego fue arbitrado por el umpire principal, el sportman, Enrique Miselem y después de las nueve entradas Cuba ganó contundentemente a Honduras por 10 carreras a 3.
Después del juego de béisbol, se desalojó la cancha, se colocaron las porterías metálicas en los agujeros dispuestos en la grama y luego se dio el siguiente partido entre las selecciones de fútbol de El Salvador y Honduras.
