Hoy, Raúl Pineda nos relata sus memorias de la Semana Santa vivida en el centro histórico, sin duda una de las mayores tradiciones de nuestro querido centro. Sigue leyendo…
Soy del centro. Nací, crecí y aprendí a vivir en el centro. ¿Y saben qué? Nunca me fui del centro. Porque el centro lo llevamos en el corazón.
Buena parte de mi vida la viví en El Guanacaste, un barrio sumamente especial que no necesita presentación, y es que desde que estaba pequeño, mi familia, como buenos católicos, me hicieron partícipe de las actividades de la semana mayor.
Procesión del Prendimiento
Uno de los recuerdos más gratos que tengo de aquellos años (finales de los ‘80s o principios de los ‘90s) fue la procesión del prendimiento, dirigida completamente en silencio, las figuras arrastrando unas cadenas. Dicha procesión salió de la Catedral cerca de las diez de la noche. Éramos un grupo numeroso; recuerdo que nos dirigimos hacia la zona de los mercados y luego regresábamos al centro. Hoy en día la ruta de esa procesión ha cambiado.
Sábado de Ramos
Cuando llega el “sábado de ramos”, más que una costumbre, es una tradición llena de fe, y el acercarme a la Catedral y comprar los ramos de olivo a esas humildes personas que año con año nos trae ese maravilloso aroma que evoca tanta nostalgia y alegría. Definitivamente es obligatorio darse una pasadita por ahí.
Pero la Semana Santa en el centro histórico va más allá. Es también disfrutar de las calles solitarias libres de todo el ajetreo diario, de ese silencio inusual que te invita a relajarte, a sonreír mientras caminas al compás de las “chicharras pidiendo agua.”
Sin duda que el centro es especial, y los que siempre nos quedamos en la ciudad capital lo disfrutamos muchísimo.
Jueves Santo
La tarde del jueves santo suelo ir con algún amigo a observar la elaboración de las hermosas alfombras de aserrín. Las calles de mi amado centro comienzan a engalanarse para tan magno evento, la tan esperada “Procesión del Santo Entierro” del día siguiente.
No pueden faltar un par de pupusas en el recorrido: cada año en el Parque Central se colocan varios puestos de comida, y no digamos la respectiva minuta para combatir el calor. Esas cosas “no tienen precio”.
Viernes Santo
Ya llegado el viernes santo, hay tanto que hacer, tanto que ver, y pareciera que el día se pasa volando. Desde el Santo Vía Crucis en horas de la mañana, los últimos preparativos de las alfombras, y la salida del Santo Entierro a eso de las cinco de la tarde…quisiera que el tiempo se detuviera para disfrutar cada minuto.
Observar tanto turista acercarse al amado Centro de Tegucigalpa, incluso cientos de capitalinos que casi nunca lo visitan por distintas razones, es sin lugar a dudas algo especial, y en silencio mientras camino por esas calles que visito a menudo. Solo me resta decirles, ¡BIENVENIDOS AL CENTRO!
Feliz Semana Santa.
Hola buenas tardes es tan bello su articulo de semana santa, lo felicito grandemente porque yo también tengo el mismo amor por mi ciudad donde yo también nací y crecí,,, así que he decidido compartir su bello artículo en mi muro del Facebook,,,, gracias por esto tan especial,,, felicidades para usted..