Mucho antes de que los aviones llegaran a Honduras, los globos aerostáticos eran el único medio por el cual se podía ver la tierra desde el aire. Una enorme atracción, que los capitalinos no podían perderse, sucedió el 9 de diciembre de 1900 cuando el globo aerostático “Colon”, tripulado por el aeronauta Ezequiel Alemán, se elevó desde las inmediaciones La Isla. El evento presenciado por multitud culminó poco después de observar al globo elevarse, ya que su tripulante tuvo que abandonarlo y saltar en paracaídas. Fue a su vez una tragedia y un espectáculo inolvidable para los asistentes.


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