El 18 de marzo, la banda Rosa Náutica presentó su nuevo albúm, Tres, en Casa Quinchon, el edificio antiguo de Quinchon León. Hoy, María Teresa Agurcia y Carlos Gallardo les cuentan del concierto.
Antes del Concierto
María Teresa Agurcia
Un martes o miércoles nos visitan el colectivo cultural 504 y la banda Rosa Náutica. Damos vueltas por Casa Quinchon, ideando espacios, platicando acerca de un concierto en el futuro, imaginándonos este edificio reventando con música y buena vibra.
Esto sucedió hace más de un mes. Eran sueños grandes: ¿cómo desplazar a una multitud de fanáticos, entusiastas de la música, aquí, a un edificio escondido dentro del tejido urbano de nuestro centro histórico?
El plan se concretó; colocamos la tarima; iluminación y unos parlantes de proporciones dinosáuricas; publicamos un arte, dos que tres videos; insistimos, vengan, vuelvan, vuelvan a Casa Quinchon.
Y finalmente amaneció ese sábado en marzo, un día templado que aún no mostraba indicaciones de lluvia, y cuando llegamos a Casa Quinchon a organizar y finalizar preparativos, la banda nos esperaba, uno coqueteando con la guitarra que yacía sobre su regazo, otro repasando páginas y partituras (tal vez me alejo del rock y me acerco a la poesía un poco), todos sonriendo, todos felices de estar allí, como si estuvieran regresando a un lugar nostálgico y querido, como si estuvieran regresando a casa.
Cae el sol. La música está por comenzar.
El Concierto
Carlos Gallardo
Como amante de la música, siempre ando en la busca de un buen concierto de rock. Ya días había escuchado de Rosa Náutica y de Crows Crown, pero por algún motivo fuera de mis manos no los había podido ver. Cuando me enteré que Rosa Náutica estaba por presentar su tercer álbum, y para celebrarlo invitarían a los grandes del rock hondureño, pues decir que me emocioné se quedaría corto.
Al llegar al evento noté que el parqueo ya estaba rebalsando de vehiculos. No había tráfico ni carros mal estacionados, y al bajar uno de los miembros de seguridad me escoltó hasta la puerta del edificio.
Llegué justo a tiempo: Rosa Náutica subía al escenario. Con un retumbante comienzo, Carlos Vega y su batería marcaron la pauta, mientras Tito Livio Sierra en la guitarra estremecía el lugar con sus acordes. La voz y el carisma del vocalista Edward Matti hacía que todo mundo gritara con él. El bajo de Hugo Zepeda temblaba el piso y la multitud de invitados. Fueron dos increíbles canciones antes de recibir al primer invitado de la noche, nada más y nada menos que Polache—una combinación inusual que resultó en perfección.
La noche continuó con invitados que representaban lo mejor de la música hondureña. Pavel Cruz y Carlos Midence de Café Guancasco, Martha Bonilla de Boreal Escala, Tino, baterista de Delirium y muchos invitados más. Entre cada canción, los músicos se abrazaban al subir y bajar del escenario.
Después del Concierto
Dos horas de música sin interrumpir. Cero incidentes. Rosa Náutica, brillante ejemplo del talento hondureño, se despide. Una noche inolvidable en Casa Quinchon. ¿Qué sigue después?
Orgullosa de mi hijo Carlos Vega un hombre desde la escuela con talento nato y ahora integrando el grupo de Rosa náutica, no dudo que llegarán muy lejos , ya que son muchachos profesionales y con buenos principios. Éxitos!!!