¿Quién habrá sido aquella primera poeta que, fatigada por los versos y las cacofonías, dejó caer la pluma, abandonó el cuaderno y se refugió en el aroma de un cafecito por la tarde?

Tal vez fue un funcionario de oficina que, tras colgar con el superior, alcanzó en puntillas una tacita de cerámica escondida en los laberintos de la cocina comunal. O fuiste vos, imaginario lector, sentado en la terraza de algún recoveco de este Centro Histórico, ¿que pidió azúcar con su café?

cafecitos

No importa el origen de nuestra tradición: lo importante es mantenerla viva. En todas partes de estas tierras hondureñas, cuando las manos del reloj se acercan al número cuatro, se alista el calcetín, el agua comienza a burbujear y el aire se llena de café.

Hoy les quiero compartir mis 4 cafecitos a las 4: cuatro escondites, refugios donde puedo gozar de un buen café, un buen ambiente, un buen libro (de libros hablamos en otra ocasión). Espero que podás conocerlos algún día, lector imaginario.

4 Cafecitos

Cafeconlibros

De mis cosas favoritas en el mundo: café, libros, nutella, un buen sillón, una sonrisa genuina. Cafeconlibros ofrece todo esto y más: la cafetería ocupa el segundo nivel de la Librería Bautista, casi escondida y a la misma vez a plena vista. Podés escoger entre diferentes métodos e instrumentos cafeteros, ordenar una deliciosa crepa o panini, y deleitarte de los retratos “históricos”, cada uno escondiendo una tacita de café. El Sr. Otsmaro Sales te da la bienvenida con una gran sonrisa y te sentís como en casa—solo que con mejor café. Y un libro. Y una crepa con fresas. Bueno, casi como estar en casa. Bueno, mejor no te quedés en casa.

café

Café Paradiso

Tal vez lleve nombre de café, pero Paradiso trasciende la definición. Casa de la cultura, hogar para los artistas descabellados (y los peinados también, no se discrimina en cuestiones de pelo), punto de referencia para el resto de la ciudad. Ubicado al final de la Avenida Miguel Barahona Paz (unos pasos antes de llegar al arbolito), la excelente trayectoria de Paradiso es resultado de la Dra. Anarella Vélez, gestora cultural, poeta, romántica, cariñosa. La doctora siempre me recibe con un beso sobre cada mejilla, me invita a disfrutar del ambiente: estas en casa, querida. El café es delicioso, la comida lleva nombres de artistas famosos—escucharás a la clientela ordenando Frida Kahlo’s o Pablo Picasso’s—y de vez en cuando, si tenes suerte, alguien te leerá un poema.café

Basilios

Son varias las ubicaciones de la famosa marca hondureña, pero mi favorito local es el que se sitúa a media Peatonal (Paseo Liquidámbar), dos cuadras antes del Parque Central. No necesito describir el momento exacto en que un buen pan marquesote se acerca al horizonte de café, el mismo temblando de la emoción, y cuando hace contacto, se deja hundir por el dulce peso. No necesito describirles los estragos que causa un horno lleno de pan dulce—sin duda los conocerán. Además, su fachada abierta convierte a Basilios en el mejor punto de observación: fácilmente me paso la tarde disfrutando de los andares de tantos personajes del centro histórico, todo mientras saboreo de mi pan con café.cafecito

Chinda Díaz

Y como olvidarse de aquel monumento a nuestra cultura y tradición, ¿la querida Chinda Díaz? La tienda lleva más de veinte años aquí en el Centro, frente al antiguo Hotel Prado, en la Avenida Cervantes, y en cualquier hora del día, te encontrás con una fila de personas—algunas piden pastelitos de piña, otras piden tortas de yema (esta persona pide torta de yema), otras piden deliciosos tamalitos, todas piden un cafecito. Creo que lo que más disfruto de visitar Chinda Díaz (aparte del recorrido por la Cervantes) es el compartir una mesita con una de esas personas, desconocidas hasta ese momento. Tal vez intercambiamos dos que tres palabras, tal vez hablamos del clima, tal vez me cuentan su historia del centro. Lo que nunca falla es la sonrisa y el sabor a hecho en casa.

cafecito a las cuatro

Seguro me olvido de mil cafecitos deliciosos. ¿Y el Café de Palo, y el Espresso Americano, y el Bric-Brac (bueno…), y los demás que aún no conozco? Lector imaginario, si conoces algún café que no mencioné, por favor mandame un mensaje para poder aclararlo. Tal vez lo discutimos en una tarde de vientos capitalinos, pero que no se nos olvide el café.


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