Nuestra historia de hoy es acerca del coleccionista del Barrio Abajo, José Miguel Ramírez. Estamos curioseando allá por el Barrio Abajo, en la Calle Morelos, en una barbería que lleva casi 30 años funcionando (28, para ser exactos). Comenzó como una sociedad, y por diferentes motivos se disolvió y cambió su nombre de Barbería Morelos a la reconocida y querida Barbería Marielos.

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La barbería y nuestro narrador cuentan con una colección de más de 3000 llaveros–es difícil nombrar la cantidad exacta. José Miguel comenzó a coleccionar los llaveros hace quince años; con el pasar del tiempo, fue acumulando llaveros de todas partes del mundo. Cuenta con llaveros de distintas ciudades de los Estados Unidos, llaveros de Londres y Pamplona, recovecos en China y muchos más. Cada amigo que viaja al extranjero regresa con un llavero para José Miguel, cada cliente que visita para retocarse el corte de pelo, para recibir un masaje facial, todos traen llaveros, y con el pasar de los años, la colección ha cobrado vida.

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En sus inicios, la colección guardaba espacio en su hogar, pero después del ciento-y-pico llavero, la mujer de José Miguel le sugirió (o demandó, quien sabe) que mejor reubicara la colección a la barbería. Y no la culpamos… ¿quién quiere tantos hoyos en su pared?

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Le preguntamos a José Miguel por su llavero favorito. Contesta que es una medalla que le dieron a su hijo en el ejército.

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No le preguntamos acerca de esto, pero él nos comenta que si alguien le ofreciera dinero por toda la colección, sin duda la vendería (nos ponemos tristes).

José Miguel no solo colecciona llaveros, también colecciona estampillas. Lleva diez años coleccionándolas, desde que un amigo le obsequió 6,000 estampillas. Ahora, la colección cuenta con más de 10,000. Las estampillas las vende a fanáticos e interesados como él.

Y, les corta el pelo a mujeres con pelo corto, por si se preguntaban.

barrio abajoSi se encuentran por el Barrio Abajo, merodeando la Calle Morelos, deberían detenerse por un momento, redirigirse en dirección a la barbería y disfrutar de las maravillas del coleccionista.


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