Todos los pueblos y ciudades tienen centros de reunión que son catalogados como tradicionales, eso sucedió en Tegucigalpa a partir de 1933 cuando se abrieron las puertas de un local que fue por más de medio siglo el centro de reunión de jóvenes e intelectuales que acompañados por una taza de café se dedicaban en sus tertulias a cambiar el mundo.

Ese lugar fue conocido en la época de los militares como un “Nido de Comunistas” pero para todos siempre fue El Jardín de Italia del cual les traemos esta reseña realizada por SAP de Skycrapercity:

La esquina de “Los Buclosos” la del Jardín de Italia cuando Paseo Liquidámbar era de transito vehicular. Foto de los años sesenta.

Por más de medio siglo funcionó en el corazón de la capital, en la esquina “Los Buclosos” intersección Calle Salvador Mendieta (6ta. Ave.) y Paseo Liquidámbar, el “Jardín de Italia” la cafetería preferida por la juventud tegucigalpense de antaño. Según el periodista Sigisfredo Infante, el café se funda en 1933 logrando reunir, durante varias décadas, distintas generaciones de parroquianos hondureños que llegaban ahí para saborear una las mejores tacitas de café de América Central, pero también para elaborar proyectos utópicos y fantasmagóricos de transformación del mundo. Por eso los dueños tuvieron la idea de colocar en una de las paredes, un llamativo cartelón que rezaba: “Universidad del Pueblo”. De igual forma, la frecuentaban algunos políticos del momento por lo que el sitio fue catalogado como un “nido de comunistas” en ciertas ocasiones durante los regímenes militares. Para finales de los ochenta tras entrar en franca decadencia el centro de la ciudad, El Jardín de Italia cerró sus puertas para siempre.

Jardín de Italia al inicio de los 1970s

A pesar del tiempo que ha trascurrido, el nombre del establecimiento aún sirve de referencia para miles de capitalinos. Junto con otros pequeños conjuntos en el Paseo Liquidámbar, es de las pocas edificaciones que ha quedado como testimonio de la antigua arquitectura postcolonial de Tegucigalpa. Edificado inicialmente como vivienda en los 1880s, el inmueble de adobe aunque con el correr de los años ha sufrido alteraciones, representa un buen ejemplo de la solución constructiva de antaño en dos niveles con claro sabor popular. Estructura fue declarada como un bien cultural en la década de los noventa.

Plantas de distribución.

El edificio esquinero de unos 400 metros cuadrados en sus dos pisos presentando un plan rectangular en el primero y en “L” en el superior siendo reacondicionada en los 1930s para acomodar al famoso café y luego en 1990 arrendándolo a pequeños locales comerciales. Hoy día con accesos en ambas fachadas hacia cuatro negocios. Su interior drásticamente transformado, parte del entrepiso original de madera ha sido sustituido por losa de concreto dando lugar a un desnivel, asimismo cielos falsos fueron repuestos por tabla yeso y machihembrado. Distribución de segunda planta modificada instalando una serie de ambientes de divisiones temporales.

Las obras de su última intervención no tan tajante en su exterior, el cuerpo mayor del inmueble todavía muestra características coloniales con su techo de teja visto y alero pronunciado. También se respetó parapeto neoclásico del inmueble contiguo adquirido posteriormente que divide la fachada norte en dos. Si bien su nivel inferior presenta modificaciones, aún conserva una entrada colonial de arco rebajado enchapado en canto rosado. Resto de los vanos reconstruidos con arcos de medio punto y claves sencillas en los accesos, en dos de cuales los arcos descansan sobre columnas esbeltas de piedra. Ventana en su lado este también conformadas por arcos de medio punto y separadas por pilastras.

Segundo nivel separado del primero por una cornisa, aberturas consistentes en sus dos fachadas con balconcillos de piedra enfatizados en su parte superior con un resalte en madera. Todas han sido cerradas con balconería de tubo industrial.

Si bien el edificio luce algo descuidado por la falta de mantenimiento, con poco dinero y algo de trabajo podría fácilmente devolvérsele parte de su brillo de antaño.

SAP

Referencias
Infante, Sigisfredo; agosto 2007. El Jardín de Italia. Tegucigalpa, Honduras: El Investigador.
Lacouture, Felipe; 1979. Edificios y Monumentos Históricos de Tegucigalpa. Tegucigalpa, Honduras: Artes Graficas


4 Responde a “El Jardín de Italia”

Deja un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *