Texto original de Revista Contextos.

Cuestiones comunes en el centro de Tegucigalpa: El Calor, los desempleados, los policías municipales, la comunidad de palomas cerca de la Catedral, los vendedores escondiéndose, siempre un tipo de arte, y una que otra protesta de algún gremio por falta de pago.

Una cuadra hacia arriba de esa protesta se inauguraba la muestra itinerante del Museo del Prado de España, con la colaboración de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, el Centro Cultural de España en Tegucigalpa (CCET) el Museo del Prado, con la ayuda de la Alcaldía del Distrito Central y siempre la cobertura especial de El Heraldo y su logística en beneficio de estas acciones culturales.

Una exposición artística es un viaje, siempre lo es, porque nos trasladamos a un momento en que el artista creó la pintura que observamos, podemos imaginar lo que él pensaba, sentía o quería decir, pero hasta ahí, el mundo de los artistas es un agujero negro que consume conocimiento y al otro lado, en otra dimensión nosotros vemos ese conocimiento en símbolos abstractos, en mitos retomados, en juegos lumínicos, en la precisión de los detalles, escenas históricas, y a veces en caprichos de una monarquía que quería quedar inmortalizada en un retrato de la mano del maestro al que le explican o le mandaban la labor, para que dichas pinturas adornarán palacios o iglesias

Un poco de historia:

El 19 de noviembre de 1819, bajo el reinado de Fernando VII, abría sus puertas al público el Real Museo de Pinturas (Actual Museo del Prado) dicho edificio fue construido a finales del siglo XVIII por el arquitecto neoclásico, Juan de Villanueva para albergar el Gabinete de Historia Natural, un proyecto científico del Rey Carlos III, pero que nunca se utilizó para tal fin.

Esta exhibición itinerante cuenta con una selección de 53 de los cuadros más destacados del museo que alberga una colección de más de 8,200 pinturas de muchos artistas y etapas del mundo.

Esta pinacoteca itinerante exhibe en tamaño real las pinturas, por eso de algunos cuadros solo se puede apreciar un detalle, o el más representativo de la obra completa sin perder la belleza majestuosa de la obra exhibida.

Esta exposición con fotografías de alta calidad, excelente resolución nos acerca al Museo del Prado sin ir más allá del paseo Liquidámbar, “La Peato” o La peatonal, del centro de Tegucigalpa.

La presentación nos lleva por un recorrido que inicia con la Pintura Española, la pintura italiana, la pintura flamenca, y el denominado como otras escuelas que alberga un grupo de artistas con otras técnicas, estilos y temáticas.
Cabe señalar que cada pintura cuenta con una cartela, un texto informativo que explica un poco la biografía del artista, su escuela, y un poco de la historia sobre la pintura mostrada.

Una iniciativa muy buena, -digamos- oportuna para que conozcamos más de esto que es un patrimonio de la humanidad, como la biosfera del río Plátano, o las Ruinas de Copán, pero que le damos el mismo o ningún valor; la indiferencia, la fría indiferencia que nos relega a los rincones húmedos de la soledad triste.
La muestra cuenta con la calidad de artistas de la talla de Goya, para nombrar uno, para nombrar más usemos la correcta gramática y el orden de la acentuación:

  • Diego Velázquez
  • El Greco
  • Federico de Madrazo
  • Sandro Botticelli
  • Rafael
  • Tiziano
  • Caravaggio
  • Roger Van Der Weyden
  • El Bosco
  • Rembrandt
  • Antonio Moro
  • Pieter Brueghel “El viejo”

Por cuestiones de economía de las palabras y para que puedan asistir a esta exposición y descubrir a los demás artistas que por no ser nombrados no dejan de tener el valor humano de su trabajo dejamos la lista hasta aquí.

La exposición fue inaugurada con las palabras del Señor Embajador de España en Honduras Miguel Albero, Esther de Frutos responsable del área de educación del Museo del Prado, y Lizeth de Asfura esposa del alcalde capitalino siendo el común denominador el agradecimiento al Museo del Prado y la invitación a la población en general a visitar las obras expuestas.

Miguel Albero:

“Si hay algo de lo que los españoles podemos estar orgullosos, si hubiera una sola institución que tuviéramos que nombrar, con la que podemos ver cara a cara al mundo y decir que estamos contentos de esa institución es el Museo del Prado que es patrimonio de la humanidad, museo que no solo permite conocer la historia de la pintura española, sino la historia del arte universal, así que muy orgulloso, y por tanto muy orgulloso de que esa institución este aquí hoy, que tengamos una exposición del Museo del Prado entre nosotros y que durante dos meses los habitantes de Tegucigalpa, los visitantes puedan ver estas magnificas obras.”

Ester de Frutos:

“Queremos agradecer la oportunidad de haber podido participar en este proyecto, que para nosotros es muy importante porque uno de los fines fundamentales del Museo del Prado, es dar a conocer sus valiosas colecciones, no solamente desde un punto de vista artístico sino también desde un punto de vista histórico, y que mejor manera de sacar el museo fuera de sus muros que trayéndolo a una exposición temporal, a una exposición en la calle, una exposición que además de contribuir a esa difusión del conocimiento y del arte también tiene un marcado carácter didáctico y ahí es donde nosotros del área de educación podemos trabajar y hemos desarrollado nuestro trabajo. Esta exposición está súper mimada, muy mimada desde su concepción, desde la elaboración y selección de las piezas, de cómo iba a ser el acabado, la formación de los educadores, de las cartelas, hemos mimado cada detalle. Para nosotros es muy importante que la gente no solamente disfrute de verlas sino que además aprendan y que lo valoren. “

(A una cuadra abajo de esto la manifestación crecía en gritos, exigiendo el pago atrasado a los maestros del área rural.)

Una cuadra arriba la gente paseaba entre Saturno devorando a uno de sus hijos, unas muchachas hilando, o mejor llamada la fábula de Aracne, el triunfo de la muerte, una apología escatológica del caos y de la destrucción de Pieter Brueghel “El viejo”.

En fin un recorrido que se podría hacer y repetir sin aburrirse dado que en cada ocasión encontraremos un nuevo detalle que o nos podría dar una mejor –digamos- explicación o ampliar nuestro criterio de búsqueda o de análisis cognoscitivo para el arte.

Es de celebrar la iniciativa de comenzar este recorrido en Tegucigalpa, Honduras, que luego viajará a la Sexta Avenida de la ciudad de Guatemala, y a la Gran Vía de San Salvador.

Ver a la gente que transitaba por el lugar inquieta, queriendo saber el porqué de esas pinturas ahí, la incertidumbre por el conocimiento, un empleado de la alcaldía fascinado por “La Trinidad” de El Greco absorto en la cartela informativa y en la totalidad de la obra creo que fue suficiente para adjetivar como un éxito la inauguración al público de este tipo de actividades que acercan al humano a sus principios básicos, derechos fundamentales, el arte, la cultura, como un medio de orientación y disciplina, de dedicación, de superación, y de sobrevivencia, dado que han supervivido a lo largo de una historia llena de guerras internas, externas, civiles, mundiales, y aun así ha sobrevivido a ese paso desgarrador, asolador de la estupidez humana personificada en un guerra.

Muestra itinerante del Museo del Prado, en el paseo Liquidámbar de Tegucigalpa, o coloquialmente la “Peato” un ejemplo más de que el arte es un bien universal.

(Dejamos la muestra para la deleite de los capitalinos, la protesta siguió bajo el terrible calor del medio día).


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