Uuuuuu van a decir muchos, yo ni había nacido, pues sí esto era lo que viví hace casi 40 años en un sitio que se convirtió en el mejor lugar del mundo para los colegiales de la época, La Peatonal.

A mediados de la década de los 70 cuando Henry Merriam era Alcalde de Tegucigalpa se dieron muchos cambios en la ciudad, se construyeron bulevares, se ejecutaron muchos proyectos y se dio inicio a lo que comenzó a llamarse la Calle Peatonal de Tegucigalpa, al solo comenzar a cerrar las calles medio mundo protestó porque suponían que vendrían grandes embotellamientos y al pasar las semanas la resistencia al cambio comenzó a bajar de tono, especialmente el sector de colegiales los que habíamos ganado un fabuloso espacio para relajarnos.

México Lindo y la parte oeste de La Peatonal Foto de Jorge Amaya

Todo comenzó cerrando las calles y sin realizar mayor cambio, pronto vinieron las reformas de cambio de piso y la colocación de unos faroles con un globo blanco en la parte superior, estas reformas motivaron que los locales comenzaran a embellecerse, algunos como México Lindo donde medio mundo compraba la tela para los uniformes remodelaron su local, también el Bazar Buenos Aires el cual repelló su pared Este y ahí dibujaron un enorme rótulo de “Coloque la Basura en su Lugar”; la moda de las reformas también alcanzó a locales más pequeños como el Pasaje San Rafael y la Joyería El Rey,  igual pasó con la Bola de Oro donde los que jugábamos basket encontrábamos los All Star, conste que dada la demanda nunca pude comprar los de color dorado y tuve que conformarme con unos rojos que en esos tiempos eran motivo de miradas acuciosas, todo fue evolucionando en una época donde ya aterrizaban los jets de TAN-SAHSA en nuestro aeropuerto y cuyo edificio central quedaba en La Peatonal, el cambio también se contagió en zonas aledañas donde se construyeron edificios últramodernisimos como el de La Moda de París donde los eléctrodomesticos y accesorios de navidad estaban a la orden del día, cambios acelerados en una zona que había permanecido igual por décadas.

Eso fue en resumidas cuentas lo relacionado con los locales comerciales, sin embargo lo mejor de todo era que La Peatonal se convirtió en el escaparate para que los jóvenes se vieran y conocieran, el efecto de la Peatonal era tan grande que personas que estudiaban en colonias que quedaban lejos del centro se dejaban venir, desde la Kennedy, de Santa Fé, en fin de todos lados, era casi seguro que todas las citas serían en La Peatonal, por eso era común ver uniformes de todos los colegios rondando una y otra vez por esa calle que nos regaló Merriam, algo que sucedía a todas horas por cierto; media Tegucigalpa joven desfilando catrines y perfumados, algunos con el pelo musuco luciendo sus afros al estilo de Tierra Viento y Fuego, otros modelando con su cigarro y muy pocos aventados que se echaban su farolazo, eran pocos los que no frecuentaban La Peatonal, algunos colegios bilingues quizá, pese a ello habían grupos privilegiados con las chicas como los Zamoranos los que eran esperados por sus grupos de admiradoras, a saber cuantos romances se dieron a partir de paseos por la peatonal.

brik brak
La Peatonal – Foto de Jorge Amaya

Es imposible concluir esta remembranza sin mencionar los “Templos” del centro, Los Diplomáticos, una de las barberías más distinguidas de la ciudad y donde las revistas a la disposición eran Play Boy, OUI, Pimienta y otras, La Casa de la Música donde compré mi disco de Fiebre del Sábado por la Noche por la módica cantidad de 16 Lempiras, Pizzeria Tito que quedaba en un callejón cerca de Los Dolores y donde Amalia Diestefano nos invitaba, cafeterías como Brik Brak donde vendían unos helados de miedo, Pizza Boom con sus exquisitas horchatas y música en vivo, BIGOS del centro con sus cardanes y hamburguesotas, El Mediterraneo con su exquisita cocina, El Jardín de Italia sitio donde los intelectuales y soñadores se daban cita para toma su café, Tito Aguacate donde coincidían parroquianos que andaban de traje con otros de ropa derruida, juntos con el fin de aligerarse un calambre, El Café de París que quedaba en el Pasaje Midence Soto y donde sus meseras con vestido ultracorto enamoraban a la cipotada de ese tiempo, el Burger Queen al extremo sur del Pasaje Fiallos Soto, en fin, una enorme lista de sitios ligados a las historias de la peatonal de hace 40 años y que parece fueron ayer…pero fueron hace Uuuuuuu


Una Respuesta a “De paseo en la peatonal, hace 40 años…”

  1. Es Palacio de la Musica, No Casa de la Musica, ya que casa de la musica se dedicaba al 100% a vender únicamente instrumentos no musicales, no discos ni cassettes. 😉

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