Una carrera que no podemos verla a la carrera, podría ser una interpretación de este gran evento que se llevará a cabo este domingo 28 de febrero y que tiene como fin promover la educación de nuestros niños, evento coordinado por Junior Achievement Honduras, institución que logra montar esta actividad por segundo año consecutivo.

Y es que la mayoría de nosotros y en nuestras “carreras diarias” solamente vemos hacia el frente y nuestra visión periférica es incapaz de apreciar todo lo que nos rodea, una costumbre producto del hábito citadino del enfoque en nuestras metas y destinos, pero cuando nos detenemos y observamos a un lado en muchas ocasiones nos sorprendemos de lo tanto que ni siquiera vemos, esto nos pasa a todos y en todo momento, pero es tiempo de hacer una pausa, y ese es nuestro propósito en esta ocasión, ver a un lado y darse cuenta de la enorme cantidad de maravillas que nos rodean, aunque andemos a la carrera, propósito que es congruente con el objetivo del evento, todo por la educación de nuestros niños y semejantes…

Tegucigalpa, una ciudad con varios siglos de existir es para muchos un sitio desconocido, conocen sus calles, tal vez sus nombres pero muy poco de las edificaciones y de tanto que existe a su alrededor…

Comencemos pues…

Palacio de las Comunicaciones Eléctricas

Celulares que son una maravilla de comunicación hacen las distancias tan cortas entre las personas que a veces pensamos que ellas están a nuestro lado, conversaciones con video en tiempo real donde se puede interactuar con toda la libertad que el ambiente nos permita, pero ¿cómo nacieron estos aparatos, cómo era el mundo antes de que existieran?, una pausa para imaginar lo “difícil” de los tiempos de ayer donde para que una persona se comunicara con otra tenía que esperar que un empleado del telégrafo llegara con un mensaje de 10 palabras, mensajes de amor a través de cartas perfumadas, intrigas, negocios oscuros, todo sucedía teniendo como intermediario al Palacio de las Comunicaciones Eléctricas…

Parque Valle – Foto de SAP

A unas cinco cuadras y  tomando un poco de aliento, el Sabio Valle con su mano en el mentón nos observa a nuestra llegada, un prócer de dimensiones regionales en el istmo, con una visión tan perfecta de la realidad que además de válida en nuestros tiempos puede ser catalogada de adelantada, a sus espaldas el primer convento de nuestra capital que pasó a convertirse en cuartel militar y donde al  final de estos tiempos alberga al Museo Militar de Tegucigalpa.

San Miguel Arcángel en el interior del Mercado San Miguel – Foto La Tribuna

Pasando hacia el Guanacaste, un sitio que a pesar de no ser una iglesia es punto de partida de procesiones de celebración de aniversario de nuestra ciudad, el Mercado San Miguel, bautizado en honor al patrón de nuestra ciudad, San Miguel Arcángel, lugar que el resto del año se transforma en color, olor y sabor, el color de verduras por doquier, olor de frutas, flores y el de las tortillas, y mucho más…

El Puente Centenario y El Guanacaste a su derecha – Foto de SAP

La garganta que separa el sector Este de la ciudad y el casco histórico de la capital es el puente Centenario el que se encuentra junto al hijo del que fuera el origen del nombre del barrio Guanacaste, alrededor del cual se celebran fiestas, potras, partiditos de básquet, peñas y asados…

Estatua de Simón Bolivar y a su izquierda el Hospital San Felipe – Foto de Radio House

Cuesta arriba con una pendiente que pareciera que no agita el corazón va asomando en el  horizonte la figura del General, Simón Bolivar en su corcel, viendo hacia el sur y teniendo en su retaguardia al San Felipe, el hospital público más antiguo de la capital que nació después de ser casa de refugio de indigentes y albergue…

¡Que alivio, vamos cuesta abajo!, un poco de respiro aunque la marcha aún no  concluye, y justo cuando nos sentimos recuperar, pasamos por lo que fue el asiento de tiempos modernos de la cordialidad entre dos pueblos, la Embajada de los Estados Unidos de América que aunque fuera después del construido en San Juancito no pierde su rastro histórico en la vida de nuestro país…

Parque Finlay Tegucigalpa – Foto de SAP

Tip, Top, para los menos jóvenes, +x- para los más nuevos, bajando, bajando llegamos a lo plano de la Gutemberg y comenzamos a subir hasta encontrarnos con el parque más pequeño del casco histórico, espacio dedicado a un ilustre cubano de apellido Finlay, personaje que la mayoría ni idea tiene de donde proviene, un nombre que aunque pequeño no deja de ser referencia de siempre en nuestra capital.

El antiguo Hotel la Ronda que está siendo remodelado para ser ahora Condominios La Ronda

Unas cuadras más y casi llegamos a la meta, no sin antes pasar por donde las Damas fueron la inspiración de su nombre, a sus pies, un hotel que el tiempo no ha logrado borrar de la memoria, la Ronda, nombre del barrio y de muchas generaciones…

La iglesia y plaza Los Dolores

Y aunque las piernas se sienten flaquear, al pasar por la plaza y de frente a la iglesia de indios, no paran las oraciones pensando en la Iglesia de los Dolores, plaza activa por siglos, antiguo centro de comercio capitalino donde comerse una baleada o tomarse una sopa hoy es un atractivo sin igual.

Interior del Museo para la Identidad Nacional – Foto de Televicentro

Llegamos al principio que es el mismo fin, todo en un edificio donde la identidad nacional es una historia sin fin, un edificio que por casi un siglo ha pasado de hospital a centro gubernamental y finalmente al sitio la identidad del hondureño tiene su templo.


Una Respuesta a “Una carrera no tan a la carrera”

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