Tal como la mayoría de las ciudades de Latinoamérica, Tegucigalpa tiene a su Santo Patrón, San Miguel Arcángel; patrón escogido por la fecha en que fue fundada la “Real Villa de San Miguel de Tegucigalpa de Heredia” el Viernes 29 de Septiembre de 1578, y es para esta ocasión que se celebran en el Distrito Central una serie de eventos y uno de ellos es el que se realiza en el Mercado San Miguel localizado sobre la Avenida Gutemberg de Tegucigalpa.

Para la mayoría resulta extraño que la celebración y procesión se celebren en un mercado y no en una iglesia como es costumbre, pero esto se debe a los mismos orígenes del mismo edificio, la historia comienza en 1904 cuando la Señora Lagos donó el terreno donde ahora se encuentra el mercado y donde solo se construyó una ermita dedicada a San Miguel Arcángel,  una vez construida, los agricultores de las cercanías se ubicaron en los predios alrededor del pequeño templo y 10 años más tarde la Alcaldía Municipal construyó el actual edificio dejando adentro la ermita de San Miguel Arcángel.

Fotografía: Fuad Azzad Ham

La tradición antigua de la celebración del mercado comenzaba la noche previa al 29 cuando se hacían festejos con marimbas y mariachis que duraban toda la noche, esta costumbre se ha ido perdiendo con el tiempo pero aun se celebra con cohetes de vara que hacen retumbar el cielo encima del mercado.

Sin embargo la celebración y procesión de San Miguel Arcángel comienza cientos de años antes, cuando en septiembre de 1746 el Ayuntamiento quiso conmemorar con más vistosidad la celebración del Santo Patrón y para ello decidió unir a dicha festividad “El Paseo del Real Pendón”, imagen que era cargada a caballo por el Alcalde Mayor y que era acompañada por todo el vecindario y las compañías de milicias de las cercanías; en su trayecto se realizaban obras de teatro y en los conventos se regalaba “Agua Bendita”, este magno evento se vio deslucido una y otra vez por la lluvia que cae todos los 29 de septiembre razón por la cual el 16 de junio de 1770 el Ayuntamiento formado por las autoridades civiles solicitan al ilustrísimo Obispo de Comayagua don Antonio de Maraculla, el permiso para trasladar la festividad para el día 25 de diciembre.

Ante estas circunstancias su Señoría el Obispo de Comayagua dice: “que se traslade el desfile del Real Pendón para el día 25 y ya que la festividad es dada por el vecindario que lo componen los vecinos de los pueblos de indios de los alrededores, los del pueblo de indios de San Miguel de Tegucigalpa y los vecinos del Real de Minas se continúe este celebrando el 29 de septiembre únicamente una misa solemne en la iglesia parroquial y el paseo del Pendón Real se puede trasladar para el 25 de diciembre en la forma que se hace llevando a caballo por el Alcalde Mayor y acompañado de las milicias y pueblo en general”.

Así se estuvo celebrando por algunos años con gran entusiasmo de los pobladores, hasta que en una fecha indeterminada, pero probablemente después de 1821, al no haber más Real Pendón y al haber desaparecido los alcaldes mayores, la festividad del 25 de diciembre desapareció; sin embargo las festividades de San Miguel que se realizan el 29 de septiembre continúan hasta nuestros días.

 

Artículo basado en los escritos de Mario Felipe Martínez Castillo


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