Era un jueves por la noche. Estacioné mi vehículo y al bajar negocié con Juan sobre cuánto me cobraría esta vez. Aprovechamos para platicar un poco sobre la situación económica y a la “reunión” se sumó Karlita (ella también cuida carros). Somos amigos, o al menos yo lo siento así.

Caminando por el Paseo Liquidámbar vi a lo lejos un grupo de personas, vestían uniformes que no había visto antes: camisa blanca, pantalones azul marino y quepís color negro. Pensé que tal vez estaban ahí para cuidar al Presidente o algún Embajador. Me acerqué a ellos y les pregunté…¡para mi sorpresa estaban ahí para cuidar a los visitantes del centro!

Entonces hice más preguntas.

Fueron súper amables conmigo y hasta accedieron a tomarse fotos. La encargada del grupo me explicó que son una fuerza policíaca que tiene el objetivo de patrullar el centro de la ciudad, el casco histórico y los museos. También están presentes en los diferentes eventos que se realizan en el centro, en el Teatro Manuel Bonilla, Inauguraciones de exposiciones del MIN y otros. Me explicaron que son parte de la Policía Turística que ya cuenta con 200 miembros a nivel nacional, que muchos de ellos son bilingües y que fueron capacitados para atender y orientar a los turistas que visiten el centro de la ciudad, ya sean estos nacionales o extranjeros. Para mi sorpresa fueron sumamente amables y pude percibir su entusiasmo y buena voluntad, pero sobre todo lo más impresionante fue ver en sus rostros el orgullo que sienten al cuidar el centro.

policia turistica
Fotografía de Revista Ven América

Me sentí segura y pude visualizar el futuro del centro de mi querida ciudad, como un lugar pacífico y ordenado, que poco a poco recobra la vida. Es gratificante ver como cada vez encuentro amistades y conocidos en los eventos que se realizan en los diferentes museos, paseos, y calles del centro. Pero más gratificante aún, fue platicar con los integrantes de la Policía Turística que me demostraron que el cumplimiento de la ley y el orden si pueden ir de la mano con una sonrisa.

No puedo negarlo, es la primera vez que tengo una plática tan amena con un miembro de la policía. Sus uniformes pulcros imponen respeto y a pesar de que portan pistola, su mejor arma es su sonrisa, simpatía y disposición.

policia turistica


Una Respuesta a “El Imponente Arma de la Policía Turística”

Responder a Alejandro Carbajal Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *