Toda Honduras fue testigo de un incendio de enormes proporciones que ocurrió dentro del casco histórico de Tegucigalpa, fuego que consumió bienes materiales y no dejó pérdidas humanas pero que sirvió para desnudar muchas deficiencias que merecen sean analizadas y más aún solventadas.

Avenida Colón en 1934

Lamentamos profundamente las pérdidas materiales de cada uno de los afectados por el incendio, inversionistas, propietarios de los inmuebles y empleados que por décadas tuvieron en los negocios consumidos su fuente de sustento.

Cuando el fuego te desnuda

Y así fue, el siniestro comenzó desde hace años o décadas pero fue hasta la noche del 12 de febrero del 2018 el momento en que todos pudimos observar el fuego.

El sector del incendio – Foto Lee Jaruzelski Marín

Una vez se originó el siniestro, el fuego comenzó a expandirse a los negocios aledaños al hotel donde supuestamente comenzó, con las horas el fuego había dejado millones de lempiras en pérdidas materiales, ¿y qué pasó mientras tanto?

Tiempo de respuesta: Una vez la alerta llegó a los bomberos ellos perdieron valioso tiempo en el trayecto desde las estaciones cercanas, no precisamente por el tráfico de las calles, más bien por la imposibilidad de maniobra de los carros en la vía para darles paso, limitante que se origina por la presencia de vehículos estacionados en los márgenes de las estrechas calles, malas prácticas realizadas por buses y taxis que se detienen donde quieren y atraviesan sus unidades impidiendo y limitando el flujo de tráfico, enormes filas de taxis estacionados fuera de las bahías o sectores donde les es permitido estar y docenas o cientos de vendedores ambulantes que se toman aceras y partes de la calle como puesto fijo de ventas, ¿qué hacer entonces?, en una sola frase, ¡poner orden sin excepción alguna!.

En las calles principales y tal como se hace en los países civilizados, pintando en rojo los bordillos como indicativo de prohibición absoluta de estacionamiento temporal o permanente, y en caso de violar tal restricción retirar de inmediato por medio de grúas los vehículos de los infractores, por supuesto dando opciones de estacionamiento a precios razonables, no es ningún invento, así operan los centros y cascos históricos de todos lados y lo más triste es que cuando los hondureños vamos a otras ciudades no decimos nada, obedecemos las leyes y pagamos.

Por otro lado, aplicar la ley de tránsito en lo referente al comportamiento de los conductores de transporte público, controlar y prohibir el estacionamiento de taxis fuera de la zona permitida y prohibir que vendedores se apropien de aceras y calles, todo se puede hacer, los infractores protestarán por supuesto, tendrá un costo político, pero ¡y qué!, ¿acaso el beneficio de unos está por encima del beneficio de todos?.

Operación segura de los negocios: entre muchas debilidades, la mayoría de los inmuebles del centro tienen décadas de existir, buena parte de sus estructuras son de madera, tienen sistemas eléctricos antiguos, poca o ninguna estructura de mitigación de fuego y cero salidas alternas en caso de incendios, en ese sentido es necesario que la Alcaldía en conjunto con otras instituciones como los bomberos y la ENEE, hagan valer y hacer cumplir requisitos mínimos de operación segura; no se necesita ser experto para ver cocinas colocadas en todos lados, puestos de comida callejera que operan a la brava, escenarios terroríficos donde por un lado se observan paneles eléctricos viejos con pocos espacios y docenas de equipos que seguro sobrepasan la capacidad de cables que en un tiempo sólo fueron considerados para cargas residenciales, en resumen NO autorizar la operación de negocios en edificaciones no aptas para ellos, si quiere poner un negocio pues cumpla los requisitos.

 

Aparte de lo previo, fue triste ver que los hidrantes no tenían agua, que algunas mangueras de los bomberos estaban picadas, que no existía una coordinación efectiva entre los organismos de socorro y seguridad y que permitieron que malvivientes intentaran abrir puertas de negocios que no tenían fuego en su interior y cientos de boquiabiertas que lo único que hacían era estorbar y poner en peligro sus propias vidas, todo lo previo se puede solucionar, todo es poner orden, invertir en lo que se debe, todo lo mencionado más un rosario de cosas más…

¿Qué pasaría si un incendio ocurre en horas pico, si ocurriera en instalaciones como museos o lugares donde existe riqueza patrimonial irremplazable? menuda tragedia la que viene, y tal como dicen los científicos cuando les preguntan sobre la caída de meteoritos, su respuesta es, ¡no hay duda que caigan y ocasionen estragos de dimensiones impensables, la única duda es cuándo caerán, así serán los incendios en el centro, ocurrirán y de dimensiones impensables, la duda es cuando serán!

De nada sirve lamentarse y llorar, lo único que vale en el mundo es hacer, no quiero ni pensar en el Gran Incendio de Londres, las similitudes son enormes…


Una Respuesta a “Cuando el fuego desnuda una tragedia anunciada”

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