El casco histórico de nuestra capital cuenta con 273 edificios inventariados, considerados como históricos y con valor patrimonial, una colección de estructuras que vienen desde la época colonial, republicana, y de un pasado relativamente reciente.

Mediados del siglo XX sobre la avenida Colón

Dentro de esas 273 estructuras, unas están deterioradas, otras, de propiedad privada y estatal, se han logrado mantener.

El Edificio Medina Planas, se alza regio sobre la avenida Colón

¿Y a mí que me importa?

Dentro de este último grupo, que podríamos catalogar como “las afortunadas del centro”, en los últimos años hemos sido testigos de la destrucción de algunos de ellos a causa de incendios, algunos accidentales y otros quemados a propósito, suman a la lista el Museo del Hombre, el Palacio del Distrito Central y el Museo de Comunicaciones Eléctricas,  daños cuyas reparaciones cuestan miles de lempiras y con pérdidas irreparables ya que hablamos de pérdida de bienes de valor inmensurable y propiedad de todos los hondureños.

Interiores y ventanales destruidos, fachadas ahumadas, entre otros daños.

Otras estructuras, objeto de vandalismo, ven sus fachadas deterioradas a causa de “arte urbano”, pegatinas colocadas a diestra y siniestra, y por la colocación de mensajes de todo tipo; algunos dirán, que “sólo es de pintar”, la cosa es que ninguno de los edificios afectados desde hace tiempos ha sido nuevamente pintado por sus propietarios o responsables, ¿por qué? porque nadie en su sano juicio pinta algo cuando sabe que otros, sin respeto alguno y utilizando la cubierta de la noche o de un trapo, se pondrá la mano en la conciencia a la hora de destruir lo que es de todos.

La Hemeroteca Nacional es solo un ejemplo

A este paso, y a cada día que pasa, vemos con tristeza que lo que el tiempo, la apatía y el deterioro no pudieron destruir, hoy se acercan a su fin a causa de personas que con la excusa de hacer valer su voz y criterio, destruyen lo que es de todos, una riqueza patrimonial que no le hace daño a nadie, todo lo contrario, que le sirve a los ciudadanos para poder saber de dónde venimos, la forma cómo nuestra nación y ciudad se han desarrollado a través de los siglos, y lo más importante, que son patrimonio de nuestra nación.

Algunos de los que leen esto, tienen el poder de hacer conciencia sobre los responsables de estas acciones, no es posible que destruyamos lo que tenemos, no es posible que destruyamos lo que le podemos dar a nuestros hijos y futuras generaciones.

El arte, arquitectura, cultura e historia, también son riquezas, que no se pueden comprar con todo el dinero del mundo, eso es lo que aún tenemos, y teníamos.


Una Respuesta a “¿Y a mí qué me importa la riqueza patrimonial?, lo material se repone”

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