El proceso de conquista caminó de la mano con el proceso de evangelización de “los indios”, una tarea que fue la excusa perfecta para diezmar poblaciones en nombre del altísimo, creencias sobre un nuevo dios donde solo algunos con privilegios le podían adorar, obstáculo que “los guirises” de Tegucigalpa lograron pasar al construir con su propio dinero la iglesia Los Dolores, la más bella de toda la ciudad hasta el día de hoy.
Los Dolores, la preciosa iglesia de los no españoles
Lo que pudiera sonar contradictorio el día de hoy era lo más normal hace un par de siglos, enormes templos donde los indios, negros y mestizos no tenían cabida ya que recibir la misa dentro de tales edificios era privilegio de los españoles y sus descendientes americanos, “los indios” simplemente tenían prohibido el acceso.
Ante la limitación impuesta, los indios pedían que se les construyera su propio templo, acción que no fue posible hasta que los guirises se encargaran de pagarlo, ellos era pequeños empresarios de origen indígena, mestizo y negro quienes compraban a los españoles aquellas minas que para sus amos ya no les parecía que valieran la pena, fue así que poco a poco cierto sector de origen no español ni criollo se fue haciendo de pequeñas fortunas, personas que por supuesto tenían la necesidad de asistir a celebrar la misa ante su Dios, sin embargo y dado su origen étnico les era prohibido.
Fue de esta forma que se procedió a la construcción del nuevo templo, supuestamente en el mismo sitio donde en los albores del nacimiento de Tegucigalpa existió el primer templo de la recién creada comunidad de explotación minera.
El proyecto concluyó con una obra de impresionante detalle, pero por muy bella que fuera siempre debía haber algo que la distinguiera como de indios, de esta manera la puerta de entrada es la única de las iglesias coloniales de Tegucigalpa cuya orientación es de Norte a Sur a diferencia de las de los españoles donde todas tienen su acceso principal en dirección Este – Oeste.
