La influencia de la música mexicana está tan arraigada en el pueblo hondureño que no es extraño encontrar trios, cuartetos y mariachis que se dedican de tiempo completo a complacer los gustos de los ciudadanos, de toda la ciudad el sitio que era “la sede” de ellos fue el Parque La Libertad y una venta de pollos localizada al frente llamada “La Casita”.

Con el tiempo los antiguos negocios fueron cerrando y en su lugar se situaron bancos y otro tipo de instituciones que no eran compatibles con los músicos callejeros, solamente el parque siguió siendo ese lugar mágico donde muchos pedían la canción de sus sueños…

Todas las historias tienen un fin, pero el Parque La Libertad será rescatado tal como lo relata Patricia Calix de El Heraldo en el enlace previo


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