El centro de reclusión de Honduras más famoso del siglo XX fue la Penitenciaria Central, conocida por todos como la P.C., recinto donde el castigo, el dolor, la maldad y la injusticia se dieron cita por 110 años, un lugar que al igual que sus ocupantes también recibió su condena.

Primera etapa de construcción de la antigua Penitenciaria Central foto de 1889. En ese entonces consistía en una sola planta.

Con el traslado de la capital hacia Tegucigalpa se hicieron una enorme cantidad de inversiones, una de ellas el Presidio, proyecto que inició en 1883 y concluyó en 1888, año desde el cual fue llenándose de inquilinos, algunos condenados y otros no.

La Condena de la Penitenciaría Central

El edificio original fue remozado en los tiempos de Carías, un recinto penitenciario que año a año se fue deteriorando y donde la capacidad de alojamiento había sido excedida, hacinamiento total aunque algunos de los privilegiados gozaban de libertades y comodidades a cambio de dinero.

El día de la condena le había llegado a la Penitenciaría Central
El día de la condena le había llegado a la Penitenciaría Central

Pero así como con sus residentes, la condena había llegado, el 28 de octubre de 1998 fue el día que el mismo demonio llamado Mitch tomó justicia y procedió a destruir tal templo de maldad.

Con asombro el país entero presenciaba en televisión como las embravecidas aguas del río Chiquito iban labrando las paredes perimetrales, gritos de auxilio se escuchaban desde el interior y algunos de los reos se fueron con las aguas donde también pereció un desafortunado periodista, nadie lo podía creer, el fin de la P.C. había llegado y con los días se fueron evacuando a los sobrevivientes, muchos de los cuales pensaron sus días habían llegado.

Recuerdos, solo recuerdos – Foto de Manuel Torres

La segunda muerte de la P.C.

Dicen que los seres humanos no mueren cuando dejan de respirar, mueren cuando se olvidan, frase que resume lo que está ocurriendo con la P.C., que luego del infortunio de la destrucción del Mitch ha sido olvidada.

Sobreviven las esculturas de los patios – Foto de Manuel Torres

Las reformas logradas por Carías buscaban que existieran espacios donde los reos aprendieran oficios con la intención que al salir, tal oficio les sirviera de forma de vida para alejarse de lo malo, dichos espacios estaban rodeados de patios que eran como mercados, la gente de afuera podía entrar a comprar tallados de madera, hamacas y otros bienes fabricados por los reos, mercado que ocultaba obras de arte que finalmente se apreciaron cuando los presos se habían ido, se salvaron pero se deterioran día a día.

Lugares “especiales”- Foto de Manuel Torres

Fue mucho lo que quedó, incluso uno de los lugares “especiales” de la P.C., no se si este “Gran Hotel Sula” era un calabozo especial o bien uno de los sitios de privilegio como “La Mora”, lugar donde los reos pudientes vivían con todas las comodidades a cambio de dinero para los que mandaban en la prisión, privilegios que incluían permiso de salida a media condena, como si fuera un club.

Indiferentemente, aun muchas estructuras han logrado resistirse a la destrucción, pero el tiempo apremia para rescatarlas, y el tiempo a diferencia del hombre, no perdona.


3 Responde a “La Penitenciaria Central también fue condenada”

  1. Interesante historia. Una vez entre con una compañera de trabajo a comprar un material para hacer carteras.
    En ese lugar pasaron años muchos presos sin ser condenados y por delitos que no ameritaban tantos años

  2. me gustaria participar en una reconstruccion de las instalaciones para que el espacio sea utilizado para ser centro de reuniones u otros usos

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