Toda mi vida escuché a la gente decir “Ciudades gemelas”, siempre me pregunté por qué, y después de estudiarlas un poco me di cuenta que probablemente son gemelas porque como asientos indígenas quizá compartieron un origen, porque por lo demás de su historia son completamente diferentes…

Para cualquier observador del pasado de nuestras ciudades de Tegucigalpa y Comayagüela es muy fácil percatarse de la diferencia entre ambas, dos espacios geográficos donde por un lado brilló la opulencia y por el otro un pasado con muy poca evidencia que mostrar.

En los primeros tiempos de nuestro Distrito Central ambas partes del río estaban pobladas por grupos indígenas. Ya con la presencia de los españoles las cosas fueron cambiando y en Comayagüela se encontraba la mayor parte de los oriundos de las tierras y es por ello que se le llamaba “Pueblo de Indios”.  Su hermana de Tegucigalpa, en cambio, era el asiento de los europeos en su mayoría, más una pequeña parte de su servidumbre y obreros.

Fue así como Tegucigalpa fue objeto de grandes inversiones en el tiempo de la colonia.

Vea usted la diferencia: en Tegucigalpa habían 6 iglesias, incluyendo la de Nuestra Señora de la Limpia Concepción que se quemó y que se localizaba en la Plaza Central, dos conventos, la Casa de la Moneda, enormes residencias y otro tipo de obras que son testigos mudos de la inversión realizada. En Comayagüela por su parte solo existe un edificio de la inversión colonial y este es la iglesia de la Inmaculada Concepción, obra inaugurada en 1796, detalle que deja en evidencia la forma como eran vistas ambas comunidades a los ojos de los españoles.

Si de iglesias hablamos, Tegucigalpa 6, Comayaguela 1

Aunque esta evidencia física es abrumadora a favor de Tegucigalpa no significa que al “otro lado del río” no existiesen obras de menor envergadura. Comayagüela además de ser sitio donde algunos de sus pobladores eran obreros y servidumbre de los tegucigalpas, era también centro de comercio y muchos de los residentes trabajaban dentro de la misma Comayagüela ya que ahí existían haciendas y centros de cultivo.

Ya en la época republicana, la historia de Comayagüela mejoró un poco en comparación con la época colonial, se desarrollaron las zonas de la Calle Real y avenidas aledañas, la Primera Calle hasta llegar al Cementerio General, más una zona intermedia del “valle de Comayagüela” donde se ubicó la Escuela Normal de Varones, la Escuela Lempira y otras edificaciones.

Este avance nunca fue comparado con el que recibió Tegucigalpa y muestra de ello es que se construyó el ostentoso Teatro Manuel Bonilla con todos los lujos de la época. Al otro lado del río, el Teatro Nicolás de Avellaneda fue una inversión bastante discreta, detalle sumado a la edificación de la mayoría de instalaciones del poder del Estado como la Casa Presidencial, el Primer Hospital General, el Correo Nacional, el Palacio de Comunicaciones Eléctricas y muchos más.

Al final he llegado a creer que al rato fueron gemelas, pero una de ellas tuvo mejor suerte que la otra…


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