El paisaje urbano de Tegucigalpa ha cambiado mucho en las últimas décadas gracias a la pérdida de inmuebles de enorme valor histórico que hoy solo quedan en la memoria de quienes tuvimos la fortuna de conocerlos y que forman parte de una lista de edificios que nunca debieron ser demolidos.

"El de la Delta" uno de los edificios que no debió ser demolido
“El de la Delta” uno de los edificios que no debió ser demolido

Quienes vivimos la década de los 70 podemos recodar un edificio donde en una de sus esquinas funcionó la Delta, heladería que era estación obligada de los “roles” por el centro.

Uno de tantos edificios que nunca debió ser demolido

El valor de los edificios excede el costo de los materiales con que ha sido construido, su verdadero valor reside en las vivencias e historias que han ocurrido en ellos, valor intangible e inmensurable que nos obliga a protegerlos, aunque ahora solo sea en la memoria colectiva.

Detalles que recuerdo como si los hubiera visto ayer son los cielos falsos de yeso decorado, sus balcones de hierro forjado, marcos de puertas de pura piedra, puertas de madera sólida con herrajes de antaño, todo como parte de mi memoria y de cientos o miles de capitalinos.

Pero si nos vamos a la ocupación, este edificio tuvo que ver mucho con la historia de Honduras, fue una de las primeras sedes de la Embajada de los Estados Unidos, fue el sitio desde donde Honduras escuchó a “Platicando con mi Barbero”, programa radial que quedó grabado en la memoria del país, fue local de Helados Delta, con sus conos suaves, fue también lugar donde en un tiempo vendían leches en empaque piramidal con sabor de chocolate, sirvió como espacio de la Cafetería Valle, fue local de la Barbería de Leonel Quesada y a saber que otras cosas más.

Me lamía los labios con la leche de envase piramidal

Con el tiempo el edificio fue descuidado y pasó años cayéndose en pedazos, todo como la crónica de la muerte anunciada de un edificio que hoy es solo un estacionamiento frente al Parque Valle.

 


Una Respuesta a “Uno de tantos edificios que nunca debió ser demolido”

  1. Si no recuerdo mal, en la década de los ‘70 allí funcionó un tiempo el Instituto Hondureño de Cultura Interamericana en Tegucigalpa.

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