EL RECORRIDO

Aunque ya había recorrido varias veces el inmueble en su estado de abandono, en Mayo del presente año volví a caminar los pasillos que por iniciativa de nuestra empresa cambiarían para siempre. El otrora conocido como Hotel La Ronda estaba oficialmente en proceso de remodelación para ser convertido en un moderno edificio de condominios residenciales, y mis socios me habían encomendado la tarea de comercializarlo. Habiendo participado anteriormente en varios proyectos de condominios ubicados en zonas de alta plusvalía, me encontré ese día ante un desafío:  ¿como convencer a 55 individuos o familias de ser los primeros,desde hace varias décadas, en comprar apartamentos en el Centro Histórico de Tegucigalpa y Comayagüela?

Recorriendo las habitaciones con sus decrépitos acabados – el edificio estuvo por años a la merced de mareros e intemperie – se mezclaban los sonidos de la calle con el incesante golpeo de las almádanas, pulidoras y demás herramientas de los albañiles. Las ventanas de los pisos superiores no estaban abarrotadas y podía admirar el verdor y el viento bajando desde El Picacho, enmarcados entre tejas y lámina. Subí hasta la azotea en ese día sin bruma y la alfombra de techos que tenía a mis pies me recordó que el sueño que nos unió en este atrevimiento no era el rescate de una sola propiedad. Si estamos dispuestos a rescatar La Ronda entonces debemos ayudar a revitalizar la zona, y debemos convencer a nuestros clientes de que la zona merece su confianza.

Hoy me parece obvio, pero en aquel momento no estábamos seguros. La tarea que enfrentábamos era acudir al llamado que han estado haciendo instituciones como el MIN, MUA, Antropología e Historia y la Gerencia del Centro Histórico, entre otros. Es un llamado inequívoco, “Damas y caballeros, llegó la hora de recuperar el centro de nuestra capital.”

EL GRITO DE GUERRA

La idea cobró fuerza inmediatamente. El mismo mes de mayo aterrizamos en el nombre Vuelve Al Centro. Seguidamente nos acercamos a los muchachos de CREŌ y a Fernando Carías, quienes hoy son parte íntegra de la iniciativa, para ayudarnos a acudir al llamado. El alcalde y su equipo, quienes han demostrado voluntad y efectividad en el resto de la ciudad, nos han apoyado en cada paso que hemos dado en el centro. Con una visión clara emprendimos la tarea de crear una ventana hacia el centro por la cual se pudiesen apreciar sus encantos.

En la medida que volvimos a hacer inventario de todo lo bueno que tiene nuestra capital – un inventario que nunca termina, ya que debajo de cada piedra y detrás de cada puerta hay más de una historia –  entendimos mejor la escala de los problemas que la ciudad enfrenta. Entendimos que las palabras rescatar, recuperar, revitalizar y todos sus sinónimos encapsulan un complejo rompecabezas de distintas iniciativas: historias que se deben documentar; infraestructura que tiene que mejorar; alianzas que se deben llevar a cabo; vecinos que se deben unir en un esfuerzo sostenido y coordinado. Nos dimos cuenta que la idea de volver al centro, mas que un llamado, debe ser un grito de guerra.

Vuelve Al Centro es el intento de elevar nuestras voces en un grito de guerra que convencerá a los espectadores a que se unan a los protagonistas, quienes por tanto tiempo han luchado casi solos.  Vuelve Al Centro es un grito de guerra contra el olvido y el abandono de nuestro patrimonio; contra la dejadez y la apatía de quienes vemos el lugar de nuestro origen desmoronarse lentamente; contra la falta de fe en nuestra propia capacidad y la falta de esperanza por un mejor futuro.

Buscamos recobrar la fe y la esperanza que seguramente se veían en los rostros de quienes vivieron en el centro durante su larga época de prestigio. Buscamos recobrar, relato por relato, las historias que merodean por las calles y que viven entre las paredes de los antiguos edificios. Haremos juntos el recorrido hasta encontrar el orden y la prosperidad que buscamos.

Acompáñanos.  Vuelve al centro.


Una Respuesta a “Un recorrido y un grito de guerra.”

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